No se si son mis secuelas religiosas las que me hacen a veces arrodillarme a pensar y sentir ese peso inmenso que me llega desde tantas noticias que me dejan perplejo y me dejan desubicado de la realidad de este mundo tan salvaje y con tan poca empatía.
A veces me pierdo entre el interior y el exterior de mi conciencia sin saber diferenciar entre la realidad y la ficción de los acontecimientos que diariamente me rodean, quizás porque no quiera admitir que el hombre es así y no como lo queremos idealizar para sentirnos bien con nuestro entorno y este cruel mundo donde vivimos.
Como es posible, que un joven destroce el cráneo de su abuela a martillazos por negarle a dejarlo salir en época de pandemia. Y como un padre puede mandar a su hija de seis años al hospital desgarrada por una violación...como se le puede atacar salvajemente a una anciana en la calle para robarle la poca paga que saca del cajero.
Es muy difícil responder a tantas preguntas que se quedan sin respuestas, pero para mi lo mas difícil es que un día todas las preguntas se me revelen y me de cuenta que la perversión del ser humano es de una naturaleza aterradora y no quiera pertenecer a ella...
Autor: Ángel Reyes Burgos
