Querido diario...

Querido diario, hoy me está pasando como en otras ocasiones que te tengo con las hojas abiertas y siguen estando en blanco el día de hoy. Tengo que escribirte muchas cosas, pero hay veces que ocupas tanto mis pensamientos que no me surgen las palabras, quizás porque te estoy visualizando en mi mente y no quiero desplazar esas imágenes que tanta paz traen a mi corazón...

Estoy como siempre, solo en este cuarto que se ha convertido en todo mi mundo donde vuelco cada día todas esas emociones contenida que de otra forma no verían la luz del día. Hoy quiero volcarlas en estas hojas, pero ella no deja de revolotear a mi alrededor y llenarme con sus sonrisas, sus apasionadas palabras y ese roce imperceptible que como si no lo hiciera a propósito, me da en el cuello con sus labios. A veces pienso que solo me estoy volviendo loco, pero se me hace tan real.

Han pasado ya dos horas y sigo frente a las hojas en blanco, ¿Acaso es que no tengo nada que contarte?...puede que si sacara de mi mente su precioso cuerpo, la delicada piel en la que habita, su cara permanente de niña traviesa que me invita a soñar con mil travesuras, la ternura con que ella me trata, ese estado permanente de gracia en la que me siento cuando estoy con ella y esa felicidad en la que ha sumergido mi alma de forma permanente...quizás si me sacara todo eso de la mente ahora, podría contarte algo, pero ya ves, pasa el tiempo y no se que decirte...

Seguramente saldré a dar una vuelta y recrearme con la naturaleza y el sonido de los pájaros, llenaré mi mente de la belleza de los arboles y el secreto olores de las flores para que al volver a sentarme a escribir, ella haya dejado de ocupar toda mi mente y se me ocurra algo que dejarte hoy.

Si ni lo consigo no me eches de menos, sabes que cada día sueño con ella y mañana trataré de recordar esos sueños para plasmarlos aquí en este rincón tan reservado, eso siempre que mañana ella quiera dejar un lugar en mi mente para las palabras que hoy no me salen...