Cómo controlar nuestros sueños...


Nada nos impide evadirnos de la realidad que nos rodea que está tan sobrecargada de situaciones penosas y difíciles. Situaciones que se nos antoja inhumana como ese caso ultimo en el que un padre tira por la ventana a su hija de meses por una discusión  con su mujer. La penosa situación por la que pasan los africanos en sus distintos países, la practica salvaje de la ablación en las niñas del clítoris, que dicho sea de paso, desde esta practica a la obligación del burkat y otras limitaciones impuestas a las mujeres, son directrices de unos hombre carentes totalmente de respeto ajeno. Pero eso solo es un botón de muestra de las barbaridades de que es capaz el ser humano con su propia especie...

De joven sufría mucho cuando pensaba en todas estas cosas que no entendía de la sociedad, me pasaba horas meditando sobre los motivos que tenían la gente para tanta perversión. He visto cientos de vídeos sobre esas masacres de la que parece nos hemos olvidado de los campos de concentración Nazi, me metía en la historia de los diferentes personajes para poder llegar a entender como se podía sufrir tanto y en la de sus verdugos para poder llegar a comprender el mecanismo de sus inhumanas mentes y que le podía llegar a moverse en ese sentido tan criminal.

Confieso que nunca me he podido meter en esas mentes criminales salvo como un ejercicio literario en la que mis sentimientos no tienen cabida para fusionarse. De esa forma puedo leer y escribir sobre las mayores atrocidades sin que me pase como de joven en el que realmente sufría intentando entender este mundo de donde me sentía un extraño...

Mi profesión ha estado muy lejos siempre de este mundo de las novelas, poemas y reflexiones aunque el mundo de la literatura siempre me ha fascinado y he leído la mayoría de los clásicos griegos y nuestros eminente escritores de la generación del 98 y los actuales poetas. Como arquitecto a lo largo de mi vida nunca se me había ocurrido escribir poesía, pero por alguna razón sentí la necesidad de escribir para evadirme de esta perversa realidad que nos rodea y crearme mi propio mundo de sueños y fantasías donde poderme integrar sin que afecte de forma sensible mis sentimientos.

Ya me he atrevido a escribir una novela de autentico terror donde soy muy explicito en detalles sobre esas aberraciones en los asesinatos que nos rodea a menudo, consiguiendo mantenerme al margen de los personajes que creo, sabiendo que solo forma parte del mundo de los sueños...aunque me pregunto, si ya la vida real es tan perversa, ¿por que esos sueños?, quizás solo sea la manera en que tengo de plasmar en mis alucinaciones lo que no quiero que se produzca jamás en mi vida real.

Todos tenemos la capacidad de soñar y que los sueños se integren en nuestra vida sin afectarnos, pero los mejores sueños son los que están lleno de belleza y tu tienes la capacidad de soñarlos...

¿Quieres ser mi amigo?...

Cuántas veces os preguntaron en la vida, ¿quieres ser mi amigo?...
Quizás ninguna, porque esa franqueza solo se da en los niños, después cuando crecemos empezamos a blindarnos y todos nuestros actos lo sopesamos por culpa de esos palos que nos llevamos y la incredulidad que ponemos en las relaciones interpersonales.  

Fallamos continuamente por culpa de nuestro egoísmo, no le damos la suficiente importancia a los sentimientos ajenos, anteponemos nuestro yo a costa de las espinas que vamos repartiendo a lo largo de nuestra vida y terminamos por no creer en los demás, pero sobre todo, dejamos de creer en nosotros mismos. Se nos va instalando un muro invisible que nos separa y aísla y conforme vamos creciendo, nuestro muro es cada vez mas y más opaco, sin que podamos acceder a los sentimientos ajenos, sin darnos cuenta que ese muro esta fabricado por nosotros mismos.

La mayoría de las veces, esto sucede porque nos han dado algún palo que ha echo tambalearse la manera en la que sentíamos la amistad, nos vestimos con una armadura que creemos nos protege, perdemos esa frescura y espontaneidad con que afronta la vida esos pequeños monstruos de los que teníamos que aprender tantas cosas...

Que bonito seria de adulto poder tener la frescura de preguntar, ¿quieres ser mi amigo?... 
sin rodeos y sin miedo al rechazo, pero cuando una persona esta reflexionando con algo como esto, que mejor empezar por uno mismo y en lugar de aislarse en la calle mirando a las personas por encima del hombro, hacerle la pregunta, puede que te sorprenda la respuesta y si te dice que no, quédate con tu buena intención sin que te afecte y piensa en lo que el se ha perdido, por que la amistad, tiene que ser un regalo que la mayoría de las veces tenemos que ganarnos...pero siempre siempre, aceptarla como un regalo de la vida...